El multimillonario, los medios de comunicación y la imposibilidad de ser el Berlusconi argentino.
Por Eduardo Blaustein
Néstor Kirchner está muy enojado porque el día que jugó la selección usted apareció dos o tres veces durante la transmisión.
–Los Kirchner se enojan por tantas cosas…
El diálogo –una maravilla del arte de tirar paredes en televisión– se produjo en el programa de cable de Mariano Grondona. Al candidato Francisco de Narváez no le preguntaron por el dinero, o el favor recibido, que puso para esa aparición triple en minutos de máxima audiencia. A los reclamadores de la Transparencia Republicana Total no les resultan pertinentes ciertas preguntas según de quién se trate. Les es natural que un potentado como De Narváez, nueva esperanza blanca del arco opositor, se dé sus gustos porque se los ganó trabajando. Gustos tales como ser copropietario de señales de cable y televisión, diarios, revistas y webs, o hacerse de la biblioteca y el traje de gala de Perón por 250 mil dólares, o sostener con otros 400 mil dólares mensuales un equipo de 80 pensadores presuntos. Si rigiera la ley de Servicios Audiovisuales propuesta por el Gobierno, al candidato se le complicarían tanto las chances de comprar PNTs que le den el toque nack & pop como postularse a la gobernación bonaerense casi exclusivamente por el formidable poder comunicacional que controla.
Gracias a esa potencia de fuego, en la ya larga genealogía inaugurada por el menemismo de las figuras “que vienen de afuera de la política para renovarla”, subcategoría empresarios, De Narváez larga con una enorme ventaja respecto de los Macri o los De Urquía. Con el truco remanido de la dureza berlusconiana, vendiendo fantasías de combate contra la inseguridad, tiene además una buena apostura, alguna que otra extravagancia desestructurante, y un intento de suicidio en una habitación del Hyatt que relató públicamente, siendo que sabe manejarse en el terreno de la telepolítica.
Su domicilio bonaerense supo ser un campo de Luján y una de sus posesiones más valiosas el predio de la Sociedad Rural, allí donde, el año pasado, en la fiesta aniversario de El Cronista Comercial, su socio Daniel Vila, tras romper una copa de champagne casi le corta la yugular a Enrique Llamas de Madariaga al grito de “Ladrón”.
De Narváez comenzó a hacerse conocido como heredero y socio de la cadena Casa Tía. La vendió al Exxel Group y la francesa Promodés por 638 millones de dólares. Fue fiestero emblemático de la década de los ’90. No tiene estudios universitarios, sí parte del secundario cursado en una academia militar de Toronto, Canadá.
El paso decisivo del candidato del llamado peronismo disidente se produjo en junio del 2007 cuando compró a Carlos y Juan Cruz Ávila el 35 % de las acciones que éstos poseían en Aisa, la controlante de América Multimedios. Tal como se sabía que para Mauricio Macri la presidencia de Boca era el trampolín para su postulación a jefe de Gobierno de la ciudad, del mismo modo se sabía que el objetivo de De Narváez era la gobernación de la provincia. La nueva propietaria de Aisa sería la sociedad Zarova, poseída en partes iguales por De Narváez y el Grupo Uno de Daniel Vila y José Luis Manzano (dueño de Supercanal Holding, la tercera red de cable del país), excepto un 5 % en manos de Luis Nofal, ex socio de Avila.
Para el momento de esa operación, que significó el fin de su idea de hacerse del diario Crónica, De Narváez ya había comprado El Cronista Comercial y su web al grupo español Recoletos, junto a las revistas Information Technology y Apertura, más una productora de seminarios. También poseía por entonces parte del paquete accionario de Ámbito Financiero, que más tarde cambió de dueño. La adquisición realizada por Vila-De Narváez, según trascendió entonces, se efectuó por mucho menos dinero del que había invertido Ávila. Antes había mediado una convocatoria de acreedores.
El vértigo con que se compran y venden acciones de empresas de comunicación en la Argentina le permitió a Francisco de Narváez, en un tiempo récord de cinco años, consolidarse en el mapa nacional de medios. Sólo a través del Grupo América controla LR5 Radio La Red (AM 910 y FM 101.5), Milenium (FM 106.7), LS86 televisión canal 2 (América televisión), la señal de cable América 24 y Junín televisión (LRH450 televisión canal 10).
En el camino quedan las negociaciones frustradas para quedarse tanto con Canal 9, como las que mantuvo con Marcelo Tinelli para hacerse del 50 % de la productora Ideas del Sur. Quedaron atrás también las conversaciones con Carlos Mata, el ex propietario de Aerolíneas Argentinas, ya sea por Ámbito Financiero, al que el español quería reconvertir en diario no especializado, o por América televisión. Carlos Mata finalmente no compró Ámbito sino la mayoría del paquete accionario de Crítica de la Argentina, el diario que hasta hace poco dirigía Jorge Lanata.
Dinero va, dinero viene, el que sí anunció en diciembre de 2004 una negociación exitosa con Tinelli fue Carlos de Narváez, hermano de Francisco, a la hora de anunciar la autorización otorgada por la Municipalidad de Vicente López para construir en las mejores tierras costeras un shopping con cines, oficinas, un hotel cinco estrellas y un estadio cubierto mediante la inversión 250 millones de pesos. En Vicente López, una agrupación de autodenominados “vecinos indignados” y el periódico zonal Lo Nuestro hasta el día de hoy denuncian que esa aprobación “escandalosa” se produjo un 24 de diciembre de 2004, a las 4 de la madrugada.
Alguna vez, en las disputas por el control de Casa Tía, Francisco echó también de madrugada a la tropa de su hermano Carlos contratando a una empresa de mudanzas. El propio Francisco confirmó la historia en una entrevista hecha por el diario Perfil. Así se marketinea en la política contemporánea: un toque de gestionador exitoso por aquí, otro importante de mano dura por allá, y en la web propia, sin nada consistente por decir pero tratando de emular los éxitos interneteros de Barack Obama, la apelación humana del slogan ¿Me ayudás? Como si lo necesitara.
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