Paraguay permanecerá suspendido hasta que “se verifique el pleno reestablecimiento del orden democrático”, pero no recibirá sanciones económicas, al tiempo que Venezuela se incorporará el mes que viene al Mercosur: como había anticipado Página/12, ésas fueron las principales medidas adoptadas por el bloque regional en el marco de la XLIII Cumbre de Jefes de Estado que se llevó a cabo en Mendoza.
Ambos tópicos se saldaron tras un fuerte debate entre Argentina, Brasil y Uruguay, cuyas posiciones sobre ambos temas “diferían en algunos aspectos instrumentales”, y que demoraron algunas horas el cronograma previsto, pero finalmente hubo coincidencia en esos puntos y una absoluta ratificación de las cláusulas democráticas adoptadas por el bloque, luego de que fueran puestas a prueba por primera vez. Según confirmaron a este diario fuentes diplomáticas, se trató de “una de las cumbres más difíciles” en los más de veinte años de vida de este organismo supranacional, pero “haber terminado la jornada con una decisión consensuada fortalece a todos los países miembro”. Además, se consiguieron acuerdos en materia de comercio intrarregional, un nuevo apoyo al reclamo argentino por la soberanía del Atlántico Sur y disposiciones acerca de trabajo infantil, entre otros temas. Por la tarde, los jefes de Estado de la Unasur, reunida de forma extraordinaria para tratar el tema Paraguay, se plegaron a la decisión tomada por Argentina, Brasil y Uruguay y también decidieron castigar a Asunción apartando al régimen de Federico Franco del bloque.
“El Mercosur resolvió la suspensión temporal de Paraguay hasta tanto se lleve a cabo el proceso democrático que nuevamente instale en ese país la soberanía popular, en elecciones libres y democráticas, y elijan nuevo presidente. Y que no se aplicarán sanciones económicas”, informó Cristina Fernández de Kirchner pasado el mediodía, cuando comenzó finalmente el plenario de la Cumbre.
Atrás quedaban varias horas de debate tripartito entre CFK y sus pares Dilma Rousseff (Brasil) y José Mujica (Uruguay). Fue posible encontrar un consenso alrededor de una serie de puntos: la necesidad de sancionar a Paraguay de acuerdo con lo establecido por la cláusula democrática del bloque, como único reaseguro de que estas situaciones no se vuelvan más graves y más frecuentes; la importancia de que las sanciones no atenten contra la más pronta recuperación de la democracia paraguaya y el imperativo de evitar que las penas impuestas terminen afectando al pueblo antes que a la dirigencia de ese país. En ese marco, en el documento final se aprobó un crédito millonario para obras de infraestructura en Paraguay.
Las principales diferencias habían surgido alrededor de la posición acerca de los representantes paraguayos en el Parlamento del Mercosur: sucede que allí son elegidos por voto popular (a diferencia de los otros países que todavía no establecieron ese mecanismo) y la postura uruguaya era la de respetar ese mandato, pero finalmente primó la decisión de apartarlos, ya que, al perder su status el país por causa de la suspensión, también quedan suspendidos todos sus delegados. Este lunes estaba prevista una sesión del ParlaSur que fue levantada a la luz de los acontecimientos. De todas formas, los diputados paraguayos anticiparon que concurrirían igual a Montevideo, por lo que se llevará a cabo una reunión informal de ese órgano, incluyendo a los miembros suspendidos.
“La suspensión apareja la limitación en la participación de los órganos y la pérdida de los derechos de voto y veto y del derecho a participar en los órganos del Mercosur en los términos del artículo IV del Protocolo de Ushuaia. La suspensión no debe producir perjuicio alguno al pueblo paraguayo”, según informó el canciller argentino Héctor Timerman, por lo que, desde el momento en que entró en efecto esta sentencia, quedó allanado el camino para que Venezuela se sume al Mercosur, ya que ese trámite había sido aprobado por los demás socios y sólo restaba el OK del Senado paraguayo. De todas formas, Timerman despejó dudas sobre la relación entre ambas decisiones. “No están relacionadas, los cancilleres (de la Unasur) hicimos todo lo posible por evitar” el golpe de Estado, aclaró.
El ingreso de Venezuela al Mercosur también generó rispideces y otra vez fue Uruguay el que presentó los mayores reparos a acelerar los tiempos para que Caracas se sume al bloque, pero terminó nuevamente imponiéndose el interés de Argentina y de Brasil, para quienes la presencia venezolana podría ayudar a paliar los efectos de la crisis económica para todos los países miembro (por tratarse de un importador neto, tanto de alimentos como de productos industriales). Finalmente, dentro de un mes, el 31 de julio, los mandatarios del bloque se darán cita en Río de Janeiro para formalizar la unión. Los países miembros asociados del Mercosur terminaron por plegarse a las decisiones tomadas por la troika.
“La idea del Mercosur es integrar a todos los países de América del Sur”, dijo el canciller Timerman. “El bloque está en condiciones de expandirse y también establecer acuerdos. Este es un gran momento para el Mercosur”.
Sobre el cierre de la reunión y con un típico golpe de martillo, CFK pasó la presidencia pro tempore del bloque a manos de Rousseff, quien la ejercerá por los próximos doce meses.
“Tenemos que profundizar nuestro modelo de crecimiento, que es la redistribución del ingreso y la inclusión social”, sostuvo la brasileña y agregó que el deber de la región es “impulsar este mercado común construido a lo largo de décadas de esfuerzo”. “Estamos aquí para asegurar que nuestro patrimonio de integración sea cada vez más fortalecido”, subrayó, antes de pedir que se continúe con un proceso “que elimine las asimetrías y que garantice un mayor crecimiento en nuestras economías”.
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