La Cumbre del G-20 realizada en Londres estuvo marcada por la búsqueda de una salida consensuada a la crisis económica mundial y un problema que marca un quiebre histórico: la revisión del actual sistema monetario, monopolizado por el dólar estadounidense.
A continuación, el economista y vicepresidente del Banco Nación, Roberto Feletti, explica los alcances de esta discusión mundial y cuáles son las monedas que ganan terreno en el comercio internacional. Además, cómo se ubica la Argentina en esta coyuntura histórica.
I - El acuerdo de canje de monedas entre la Argentina y China.
Primero, este acuerdo de canje cambiario es una decisión acertada del Banco Central de la República Argentina (BCRA). Con él amplía su capacidad de reservas internacionales y mejora su stock de intervención en el mercado local para prevenir cualquier ataque especulativo contra el peso. Esta es la medida más inmediata y más concreta.
¿Cómo funciona? Son líneas recíprocas contingentes, en este caso hasta 10.200 millones de dólares, de las cuales la Argentina puede acceder inmediatamente en esas contingencias a ampliar su stock de reservas con esos fondos recibidos en moneda china que luego puede cambiar por dólares si es que los necesitara.
Son préstamos a corto plazo, de no más de 180 días. La Argentina entrega pesos, China entrega yuans, la Argentina se compromete a recomprar esos pesos a una prima determinada que pacta con el Banco Central de China, con lo cual la Argentina se encontraría con un crédito contingente equivalente a 10.200 millones de dólares en yuans, que puede utilizarlos en esta moneda o cambiarlos a dólares o euros.
Esto en lo inmediato qué produce: una ampliación del stock de reservas del Banco Central, de rápida disponibilidad, con lo cual tiene un efecto disuasivo frente a cualquier pulseada con el mercado.
Se debe aclarar que este acuerdo no tiene por qué influir en un aumento en la compra de productos chinos, porque no es un crédito atado a la comercialización de productos. Sí, refuerza el comercio bilateral existente, pero esto no necesariamente tiene que provocar alteraciones en el intercambio bilateral como algunos temen, ni un drástico cambio en lo que es la llegada de productos chinos a la Argentina.
II - La inserción de la Argentina en el comercio internacional.
Este acuerdo monetario con China está enmarcado en un tema importante: los cambios en la inserción internacional argentina. Uno de los problemas, y esto se vio claramente en los años ’90 cuando vivimos una apertura externa bastante generalizada, es la inserción económica entre la Argentina y los Estados Unidos. Ambas son economías tradicionalmente competitivas en términos de sus productos agropecuarios, por lo que nunca hubo una complementariedad entre la Argentina y los Estados Unidos como la pudo haber en su momento con el imperio británico.
Por el otro lado nos encontramos con la aparición de China como un demandante de productos agropecuarios concretos, esencialmente la soja y el aceite de soja, lo que le crea a la Argentina un socio complementario más definido. Y lo mismo pasa con Brasil.
Esta situación actual es muy diferente de lo que ocurría la década pasada. En los años ’90 uno veía un flujo de inversiones extranjeras procedentes de Europa al calor de las privatizaciones, con predominio español y francés. También un flujo de ventas externas básicamente orientado a Brasil, con fuerte saldo superavitario, y un fuerte saldo deficitario comercial con los Estados Unidos. O sea, le comprábamos mucho y no le vendíamos nada, mientras estábamos insertos en el área del dólar por la convertibilidad. Entonces, era una inserción internacional que podríamos denominar “rara”, porque le comprábamos a uno, le vendíamos a otro y recibíamos inversiones de otro bloque. No había ni bilateralidad ni compensación.
El escenario actual, en cambio, es mucho más equilibrado.
Estuvimos teniendo en el marco de la expansión del comercio internacional cierto déficit comercial con Brasil, con un tipo de cambio alto competitivo, pero con acuerdos más definidos en el tema industrial y en el alimenticio, nivelamos la situación con los Estados Unidos y empezamos a ser fuertemente superavitarios con países de la región como Venezuela, Chile inclusive México, y a tener un intercambio comercial creciente con Asia, que no lo teníamos. Entonces, en medio de esta crisis internacional, debemos aceptar que la Argentina hoy está mejor parada internacionalmente.
III - Cómo conseguir liquidez en el comercio bilateral.
El acuerdo entre la Argentina y China otorga liquidez al comercio bilateral. Este es otro punto a tener en cuenta y que ya está en vigencia con Brasil. Porque una de las situaciones que hoy se da, sobre todo en el continente, es el comercio regional, el comercio de Sudamérica, se expandió más de diez veces entre la primera mitad de los ’90 y la actualidad. O sea, pasó de diez mil millones a casi ciento veinte mil millones de dólares.
Ese movimiento internacional frente a la actual crisis hace que se pierda liquidez en dólar. Por ejemplo, el hecho de que uno tenga para exportarle a Brasil, el exportador va del peso al dólar y del dólar al real, y viceversa. El tener un intercambio bilateral inmediatamente produce otra forma del uso de las reservas y otra forma de liquidez.
Con el caso de China es igual, pero es más amplio porque ahí hay disponibilidad financiera además de la comercial. Pero básicamente este tipo de acuerdo y debates lo que están buscando no es reemplazar directamente al dólar como moneda de intercambio pero sí buscar alternativas en la ausencia de liquidez internacional.
Lo que no se vislumbra hoy, a diferencia de lo ocurrido desde mediados de los ’90 al inicio de la crisis, es que la capacidad de emitir moneda por parte de los Estados Unidos está en problemas.
La crisis y la destrucción de activos llevan como correlato de destrucción de capital financiero, entonces esa destrucción no es rápidamente reemplazable. Eso hace que se pierda liquidez y las emisiones monetarias que se están produciendo van acotadas a generar mayor liquidez al mercado interno norteamericano o en el caso de Europa están centradas en la crisis de los países del Este.
Entonces los países de la región que han expandido su comercio internacional tienen que buscar formas de nueva liquidez. Es ahí que se da la discusión sobre bilateralismo en el sistema de pagos.
IV - La búsqueda de una moneda para reemplazar al dólar, ¿responde más a la crisis financiera en los Estados Unidos o al crecimiento de China?
Es una mezcla de distintas situaciones. Es cierto que de no haberse producido la crisis financiera internacional, igual el modelo de crecimiento chino iba a llevar a un replanteo del uso del yuan como una moneda de reserva internacional. Es evidente que un país que contribuye al 14 por ciento del crecimiento del producto bruto global, en algún punto iba a plantear esta discusión.
Ahora, ¿qué acelera la crisis? Hay un replanteo interno de la política económica china, y lo mismo le va a pasar a Alemania y a la Unión Europea. Se está quebrando el modelo basado en el crecimiento de exportaciones y su derrame interno, es decir, un proceso de crecimiento basado en la tracción de la demanda externa: la capacidad de exportar y desde ahí distintos mecanismos de distribución interna que van produciendo que la expansión de la demanda externa genera expansión de la demanda interna. Ese modelo se estanca, producto de la crisis. Es evidente que la demanda externa va a caer, producto de la iliquidez internacional, de la necesidad de los Estados Unidos de cerrar sus brechas comerciales, porque tampoco puede seguir indefinidamente sosteniendo una brecha comercial, eso hace que China por un lado quiera consolidar mercados y en segundo lugar quiera producir una expansión de su mercado interno más aceleradamente. Y para eso necesita una moneda más dura, con más capacidad de hacer política monetaria –como nosotros llamamos en nuestra jerga–. China necesita una moneda más dura para su propio mercado interno y además tiene un volumen de reservas construidas en títulos de reserva norteamericana (letras del Tesoro), más las propias reservas líquidas, que tiene que necesariamente usar porque va a tener un excedente comercial menor, entonces necesariamente las va a tener que usar para sostener su mercado interno. Hasta tanto el yuan se consolide, porque tampoco China puede hacer una expansión monetaria ilimitada, se va a dar entonces una mezcla en la cual este país tiene por un lado que sostener mucho más su mercado interno que hasta ahora, porque antes la demanda externa era un factor de crecimiento que luego expandía, para hacer eso tiene que lograr que el yuan sea una moneda con más poder cancelatorio internacional, aunque al mismo tiempo tiene que usar parte de las reservas que tiene atesoradas en dólares. Este uso y esa necesidad de consolidación del yuan hacen que China esté replanteando el patrón monetario internacional. Por un lado, para que sus reservas que están en dólares no se deprecien, por eso China no puede producir un ataque especulativo contra el dólar, pero tiene que apostar a que el yuan se consolide como divisa con un grado de poder cancelatorio, por lo menos regional. No nos olvidemos que buena parte de la expansión china, además de Estados Unidos, es el sudeste de Asia y Japón. Tiene que hacer un equilibrio muy delicado.
Toda emergencia de gran potencia obliga a equilibrios delicados. China aparece jugando en el escenario internacional, primero como una nación que contribuye al 14 por ciento del crecimiento del producto bruto internacional, y segundo empieza a jugar un rol en esta redefinición importante porque también está en juego su propia estabilidad política y económica. No nos olvidemos que el Partido Comunista Chino cifra las expectativas de reforma de mercado en un modelo que debe producir inclusión social. Ello, si uno escucha los viejos discursos de sus dirigentes históricos o los de Hu Jintao hoy, es un marxismo “aggiornado”, es una economía socialista de mercado cuyo final es la inclusión de los chinos en el mercado de consumo y de hecho algo han logrado con el crecimiento económico: ellos ven cómo 15 millones de personas por año están siendo incluidas. Sostener eso hoy es más mercado interno que demanda externa, entonces, ahí el rol del yuan es muy importante. Y por otro lado tienen que defender su excedente de reservas, por eso es una de las discusiones más profundas. Por eso se habla de la canasta de monedas.
V - Cómo juega Europa en este cambio.
Otro tanto pasa en el modelo europeo. En la organización del euro se dio una acelerada revaluación por el peso de la competitividad de la economía alemana. Porque fundamentalmente la locomotora alemana como exportadora extrarregión garantizaba toda la organización económica de la Zona Euro y además los subsidios para eliminar asimetrías, los subsidios a España, Grecia, Portugal. Esta organización también está en crisis hoy, sobre todo por Europa del Este. Por eso el Banco Central Europeo, que siempre se planteaba como problema principal la inflación y que el euro se revaluara y no se depreciara, hoy va a tener que revisar su política.
VI – Un momento de quiebre histórico y el desplazamiento del dólar como única moneda fuerte internacional.
Cuando el patrón oro y concretamente la libra dejó de ser una moneda de poder cancelatorio a nivel internacional que definitivamente ocurre después de la Segunda Guerra Mundial pero que el proceso comienza después de la Primera, hay varios factores que cambian y que hoy están presentes, sin que, por suerte, haya ocurrido una conflagración mundial.
En primer lugar, al terminar la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos después de ser deudor de Europa, básicamente de Gran Bretaña, pasa a convertirse en acreedor por los suministros de guerra. Bueno, China hoy, de ser deudor estadounidense por la inversión extranjera directa, por los bonos del Tesoro que posee es acreedora. Ese cambio en la balanza de pago después de la Primera Guerra Mundial con Estados Unidos respecto de Europa en general pero sobre todo de Inglaterra, es un factor que hoy está presente con China.
El segundo punto que aparece como escenario es pérdida de competitividad de la economía. La economía británica en ese momento, producto del esfuerzo bélico, perdía competitividad. Hoy eso pasa también en los Estados Unidos. ¿Qué aparece en ese momento? Surgen las áreas de influencia, el área de la libra, el área del dólar. De salida de la Segunda Guerra Mundial se define el dólar como patrón con poder cancelatorio internacional y se sigue redefiniendo en 1971 con los acuerdos en Breton Woods. Hoy hay condiciones parecidas a ese momento que van a llevar probablemente al armado de un nuevo patrón monetario que reconozca el peso específico de otras economías. Eso se va a dar en un tiempo, porque no hay colapso en el mundo, no hay una guerra internacional que redefina hegemonías, hay situaciones de tensión y situaciones de desaceleración de algunas economías y sostenimiento de otras.
En ese punto es probable que se marche en lo inmediato a la formación de una canasta de monedas con mayor peso específico de los Derechos Especiales de Giro, que es la moneda del Fondo Monetario Internacional. Ocurre que el Fondo sale fortalecido del G-20, sale fortalecido en el sentido que recupera capacidad de préstamo hacia otros países. Todavía, es cierto, no sabemos qué condicionamientos tiene eso, ni qué es lo que va a procurar el Fondo en esa visión.
En cuanto a los Estados Unidos, ellos tienen que sostener el nivel de emisión porque la apuesta que está haciendo el gobierno de Barack Obama es alcanzar solvencia a partir de la liquidez. Ellos creen que inyectando dólares van a recomprar los activos de los bancos, van a recrear un circuito virtuoso de crédito y entonces finalmente va a llegar la solvencia.
Si uno mira hacia Europa, la crisis del Este que compromete a varios bancos importantes, más la necesidad de sostener sus propios mercados internos, los va a llevar a mi juicio a emitir euros. Entonces es probable, tal vez por la vía de los acuerdos o tal vez por la vía de la guerra comercial, que el multilateralismo entre en crisis cuando empiece a plantearse una nueva canasta de monedas donde Estados Unidos no sea el único proveedor de liquidez internacional.
Por eso se alumbra también esta discusión de las monedas locales, porque todo el mundo sabe que ya no hay un solo proveedor de liquidez internacional. Puede haber varios.
VII - ¿Qué tan rápido ocurrirá este cambio?
Es probable que vivamos una década de desorganización, estos cambios monetarios no son algo que se dé rápido. Sí, es cierto que la hegemonía del dólar como moneda única tiende a verse disminuida, y también es cierto que el área del euro va a sufrir cambios en esta política de revaluación permanente de su moneda como forma de acentuar el poder de la Europa unida con la hegemonía de la competitividad de la economía alemana. También eso está hoy en discusión. Y me parece que la emergencia de China con un fuerte nivel de reservas en dólares y la necesidad de consolidar su economía y su mercado interno también plantea esto, así que es probable que se vaya a una suerte de canasta de monedas. Pero también es probable que hasta que aparezca un nuevo multilateralismo predominen los bilateralismos, como los acuerdos Argentina-Brasil, Argentina-China, Colombia-Venezuela.
VIII - ¿Estamos ante una situación de cambio histórico?
Sí, yo creo que estamos ante un escenario en el cual va a haber cambios de hegemonías, o por lo menos atenuación de hegemonías. Paradójicamente esto ocurre cuando se están por cumplir 20 años de la caída del Muro de Berlín. En la primera mitad de los ’90 parecía que la “pax americana” llegaba para quedarse, porque se sumaba a la situación política una economía enormemente dinámica con superávit fiscal, con mucha competitividad, y la hegemonía militar.
A partir del 11 de septiembre de 2001 y previamente con el gobierno de Bush, con los cambios que se hacen de buscar desregulación con desequilibrio fiscal, la baja de impuestos, el aumento del gasto militar, da toda la impresión de que Estados Unidos comienza a mostrarse como una economía débil. Inexplicablemente sus activos caen, pensemos que cuando se desploma el valor del Dow Jones es el valor de las empresas norteamericanas, el valor de las casas norteamericanas, no es menor lo que ocurre como visión al mundo. Y además es cierto que la hegemonía militar parece que encontró un freno en el pantano de Irak. Entonces esta situación replantea hegemonías. Por el otro también pareciera ser que la visión, que curiosamente tiene que ver con su propio sino histórico, de la hegemonía alemana sobre Europa también entra en crisis. Y finalmente la integración de la Europa del Este, que también encuentra un freno.
Después también está el crecimiento de China y la reposición de Rusia como una potencia. También tenemos a Brasil que va cristalizando su modelo de desarrollo. India por otro lado. Esto abre discusiones fuertes, discusiones potentes, sobre los modelos de hegemonía, y por el otro también la irrupción de Asia ha hecho que vuelvan a tener valor las materias primas. El nuevo surgimiento de lo que se han llamado los “commodities” tienen que ver con más población que come, más población que consume insumos básicos, por eso el escenario también termina siendo favorable para la Argentina en términos de inserción internacional. No es casual que estamos afrontando esta crisis y no tenemos un estallido por el sector externo, no hay crisis cambiaria, no hay crisis bancaria, esto no es menor.
IX - ¿Qué pasará en el futuro cercano?
Parece que la capacidad de emitir moneda con poder cancelatorio internacional empieza a ser cuestionada. Primero por una cuestión de respuesta inmediata, yo necesito sostener mi propio comercio, hay flujos de comercio que no triangulan entre los países desarrollados y subdesarrollados, sino que hay flujos de comercio como el de Argentina-China, el comercio regional en Latinoamérica, que requieren liquidez y que se visualiza que Estados Unidos no la va a proveer, entonces buscan alternativas. Eso por un lado, por el otro obviamente en estas crisis aumenta el proteccionismo y el proteccionismo requiere de moneda local en término de bloques regionales. El desbalance norteamericano de desequilibrio fiscal y desequilibrio comercial que llevó a producir los superávit en otros lados está agotado.
economista y vicepresidente del Banco Nación
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